domingo, 23 de junio de 2013

Quitapenas

"Llegó el momento", se dijo, "de cumplir con mi destino". Como todos los días, debía lavarla, cambiar la ropa de la cama, prepararle la cena y dársela a la boca. Mientras subía las escaleras, no dejaba de darle vueltas al mismo pensamiento de los últimos días. Era joven, aún tenía 30 años y todo el futuro, pero sus hermanos habían jugado sus bazas y a él, el menor, le había tocado encargarse de la madre, quien no parecía tener nada grave según los médicos, pero que se negaba a levantarse de la cama y cada día le exigía más. Él ya ni hablaba con ella, sólo intentaba no oírla, los llantos, la envidia, los reproches, que acabaron colándose en sus sueños, el poco tiempo que podía dormir. La encontró adormilada. "Este es el momento", pensó, y cogiendo un cojín, lo acercó a la cara, despacio, muy despacio, pero cuando quiso apretar, sintió que le fallaban las fuerzas. Sentado en el borde de la cama, la observó un rato, apretando el cojín contra su pecho. Volverá al bar más tarde, a emborracharse como todas las noches.

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Nombre: ESTHER CUESTA DE LA CAL
Alias: Jordan
Sitio web
País: ESPAÑA

3 comentarios:

  1. Irá al bar a seguir con su propio infierno.
    Una realidad con los enfermos crónicos Esther, pero desconocemos cuál será el destino de nosotros. Kafka muestra este mundo muy claramente en La metamorfosis.

    Un abrazo.

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  2. Que triste es tu relato. El egoísmo de algunas personas, capaz de arruinar la vida incluso de un hijo, con una enfermedad inventada.
    Besicos muchos.

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  3. Gracias a ambos por leerlo. Efectivamente no sabemos que nos deparará el futruo y esperemos que no sea así, porque triste, sí es muy triste.
    Un abarzo,

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